En el año 2015, cuando se adopto la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional reafirmó
su firme compromiso con el desarrollo inclusivo, accesible y sostenible, y
prometió que nadie se quedaría atrás. En este contexto, la participación de las
personas con autismo como agentes y beneficiarios es esencial para la
realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).