A pesar de los obstáculos que las mujeres confrontan para disfrutar de sus derechos, incorporarse y mantenerse en los diferentes planos de participación social, política y económica, estudios recientes demuestran los cambios de actitudes en la población sobre las relaciones de géneros y el empoderamiento femenino.
De acuerdo un estudio realizado por el Ministerio de la Mujer en el año 2009, un 70% de las personas encuestadas afirmó estar satisfecha con el trabajo realizado por las mujeres políticas y un 86.5% consideró que las mujeres que han ocupado cargos públicos han apoyado los derechos y las necesidades de las mujeres. Según el Barómetro Latinoamericano del 2010 el 76% estuvo de acuerdo con que las mujeres deben participar igual que los hombres en la política, el 58% considera que las candidatas inspiran más confianza que los candidatos, y el 60% que las mujeres tienen la misma capacidad que los hombres para gobernar.
La misma encuesta publicada a inicios del presente año reveló que el 64.6% de los hombres consideró que un hombre es más corrupto que una mujer, el 32.6% que ambos, y sólo un 2.8% dijo que una mujer. En cuanto a las percepciones sobre quién manejaría mejor la economía, sólo el 20.4% dijo que un hombre, mientras un 40.6% dijo que una mujer, un 39% estuvo indeciso.
El Barómetro de las Américas reveló además que el 59.8% de los hombres considera que las decisiones del hogar se deben tomar entre el hombre y la mujer, las mujeres opinaron de igual manera en un 67.4%.
A la pregunta si la mujer no solo debe trabajar cuando el ingreso del hombre no alcanza, el 76.7% de los hombres estuvo de acuerdo y 87.9% de las mujeres. Al comparar con LA ENDESA 2007 se muestran notables diferencias ya que el 67% de la población masculina con edad entre 15־34 años consideró como no aceptable que la mujer trabaje fuera del hogar si el marido puede aportar suficiente dinero, mientras que el 65.5% de los hombres con edades entre de 35-44 y el 63.3% de hombres entre 45-59 años opinó de igual manera. Los hombres con menor edad se identificaron más con la permanencia de la mujer en el hogar al cuidado de los hijos e hijas cuando los ingresos del hombre son “suficientes”.
El Barómetro señaló además que el 95.1% de los hombres y 97.9% de las mujeres estuvo de acuerdo que en ninguna circunstancia el hombre le debe pegar a su mujer. En la ENDESA 2007 el 13% de la población con edad entre 15-34 años opinó que se justifica pegarle a la esposa, respecto a un 8.5% y 6.9% con edades de 35-44 y 45-59 años, respectivamente. Los datos muestran cambios de actitudes sociales y otro sentido ético de la violencia contra las mujeres, pero también las percepciones de auto-identidad como seres humanas desde ellas mismas, pues se observan diferencias significativas de opiniones de acuerdo a los sexos.
El abordaje del aborto como un derecho de las mujeres ha sido uno de los debates públicos que mayores discusiones han concitado. El 62.1% de las mujeres y el 60.4% de los hombres consideró que se justifica el aborto cuando peligra la salud o la vida de la mujer, como se observa la diferencia de opinión entre hombres y mujeres no es significativa. A mayor formación académica y separación con ideas de derecha mayor acercamiento a esta posición, de acuerdo al Barómetro.
Estos cambios de percepciones van a la par con el más del 65% de integración femenina de la matrícula universitaria y 68% del mismo sexo de las personas egresadas de las universidades.
La sociedad confronta retos para mayor incorporación de las mujeres en los diferentes niveles, estas percepciones aún no se traducen en mayor participación política femenina, en igualdad de acceso al mercado laboral, o en la disminución de la violencia contra las mujeres y los feminicidios.
En la educación a niñas y niños sobre la igualdad de derechos entre ambos encontramos una valiosa vía para fortalecer la construcción de una sociedad con mayores valores y principios de convivencia de igualdad entre mujeres y hombres.
